Marlon Ramírez y Anilú íngram; cría cuervos y saldrán zopilotes

Anilú
Anilú Íngram Vallines; Marlon Ramírez Marín FOTO: ESPECIAL
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Armando Ortiz / De repente gente que ni siquiera se le identifica como priista sale del subsuelo de la política para exigir la salida de Américo Zúñiga de la dirigencia estatal del PRI. Estos sujetos, que por cierto nada hicieron para apoyar a Pepe Yunes, el mejor candidato a la gubernatura de Veracruz y que desafortunadamente no ganó, ahora salen a decir que ellos sí pueden. ¿Pero dónde está la mano o manos que mecen la cuna? Se sabe que quien quiere la dirigencia del PRI estatal es Marlon Ramírez Marín, subsecretario de gobierno con Javier Duarte y Anilú Ingram. Vale mencionar que Anilú era de las primeras en la lista de diputadas federales plurinominales, pero no movió un solo dedo en campaña. Igual se negó a inscribirse como candidata al Senado de la República por miedo a perder y porque ya había menguado la fuerza de su padrino político Miguel Ángel Osorio Chong. ¿Con qué autoridad moral se presenta Marlon Ramírez? Este exempleado de Javier Duarte operó abiertamente a favor del PAN en la zona conurbada, para congraciarse con Fernando Yunes Márquez y la segunda. De hecho, nos informan que se tienen audios y videos en donde abiertamente Marlon pide a seccionales apoyar a los candidatos del PAN. Pues estos son los que ahora empiezan a cabildear para apoderarse de lo que queda del PRI, haciendo a un lado a los candidatos y a la gente que sí se fletó y se puso la camiseta.

Yunes Márquez, no se puede operar con traidores

Ahora que ha pasado la contienda electoral, ahora que se han serenado un poco los ánimos, es importante que se haga un balance de qué fue lo que falló en las campañas electorales. Uno de los puntos importantes es que muchos que se dicen operadores, al no conseguir nada en el partido que los había acogido, decidieron salir e irse con otros candidatos. Eso fue en parte lo que sucedió con Miguel Ángel Yunes Márquez quien recibió todo tipo de escoria. Por ejemplo, quien había sido líder del PRI municipal, el “Pollo” José Luis Hernández, se sumó a su campaña después de traicionar las siglas que lo hicieron líder. Lo mismo sucedió con esa banda de las juventudes priistas comandadas por Sandro Gómez y el “Osito tequilero”, que no ayudaron en nada a la campaña de Yunes Márquez. Otro que también se fue después de traicionar a la alianza Morena-PT fue Héctor Martínez Reyes, quien fuera candidato a la alcaldía de Emiliano Zapata. Ninguno de estos sujetos aportó nada; ellos sólo buscaban que el hijo del gobernador ganara para montarse en la tómbola del triunfo para ver qué les tocaba. La verdad es que, para obtener la victoria en una contienda, no se puede operar con traidores.

Ahora resulta que todos estuvieron siempre con Cuitláhuac; ahora resulta que todos son morenistas

Se da lo que algunos llamaríamos el síndrome de “Rodolfo Zúñiga”, ese personaje abyecto, camaleónico, que mucho tiempo fue priista, luego panista, yunezmarquizta y próximamente morenista. Esto lo decimos porque ya algunos están buscando entre sus selfies alguna tomada junto al ahora gobernador electo. Ahora resulta que todos son morenistas, que todos apoyaron a Cuitláhuac García, que todos le vieron espolones y visos de triunfador. Esos advenedizos son los más lisonjeros, los más peligrosos, a los que menos se les debe de hacer caso. Afortunadamente Cuitláhuac García sabe bien quienes se la rifaron con él, quienes remaron contra río, quienes estuvieron dispuestos al escarnio y por lo mismo quienes son merecedores de su confianza. Esos que estuvieron con él le dieron muestras de su lealtad y por lo mismo merecen su galardón. En los siguientes días Cuitláhuac García se tendrá que enfrentar a un desfile carnavalesco que se le presentará con personajes de lo más disímbolos; personajes que rayarán en la abyección, y que le harán proposiciones de lo más nobles, hasta las más indecorosas. El gobernador electo necesitará suficiente perspicacia para distinguir quienes pueden formar parte de su gabinete y quienes sólo buscan sacar provecho del puesto. Un ejemplo de estos últimos, los hermanos Vázquez Cuevas: Pipo y Poncho.

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