Reza bien el dicho que la tercera es la vencida, y así como Lula da Silva en Brasil, en su tercera intentona, Andrés Manuel López Obrador logra vencer a una élite política enquistada en el poder desde hace varias generaciones. El PRI y el PAN, las fuerzas políticas mexicanas de mayor influencia, fueron arrasadas por Morena. Andrés Manuel López Obrador luchó contra una guerra de lodo que nunca pudo ser sancionada y parada por el árbitro electoral.
Se le acusó de populista, de su relación con personajes de antecedentes cuestionables y hasta de ser viejo para participar. Sin embargo, el gran mérito de AMLO fue su tozudez y terquedad en creer en su propio proyecto de nación.
Hoy sus rivales reconocen su derrota y al mismo tiempo reconocen la victoria del tabasqueño. Hoy hablaron las mayorías, y hablaron fuerte. Hoy el voto ciudadano hizo sentir su peso, hoy se respetó la voluntad ciudadana. Hoy es necesario cerrar filas con el nuevo Tlatoani Azteca. México lo necesita.
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