La verdad es que ni Ernesto Cordero ni Jorge Lavalle ni Eufrosina Cruz tenían ya cabida en el Partido Acción Nacional. Lo más congruente es que los senadores hubieran renunciado, pero la dignidad es una cualidad que no abunda entre legisladores. Tampoco esperaba Ernesto Cordero que lo consintieran, sobre todo después de ir ante la PGR y exigir que se investigara al candidato presidencial del que fuera su partido, el PAN.
Cordero, incondicional de Felipe Calderón, desde antes de la campaña presidencial mostró que él ya no estaba a gusto con el PAN y mucho menos con Ricardo Anaya, quien no dejó que la esposa de su jefe fuera la candidata presidencial. Además, urgía correr a Cordero del PAN ante el inminente “golpe de estado” que ya se gesta dentro de las filas del blanquiazul.
Hace unos días Ricardo Anaya tuvo que hacer público un video completo donde algunos militantes reconocidos del PAN le muestran su respaldo para mantener la dirigencia del PAN en el caso, no muy remoto, de que pierda la elección presidencial.
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