En un nuevo spot que el equipo de Ricardo Anaya lanzara por televisión y redes sociales se trata de convencer que, para llenar el vaso azul de Anaya, simplemente hay que echarle un poco de los votos del vaso rojo de Meade y todo el contenido del vaso incoloro de los indecisos. Esa es la esperanza de los que manejan la campaña de Ricardo Anaya, candidato de la coalición PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, que todos los indecisos, que rondan por ahí en el 20 por ciento de los electores, se decidan de último momento por Ricardo Anaya.
Los anayistas esperan que ya sea por intervención de la Divina Providencia o por algún pase mágico los indecisos el día de la elección se levanten inspirados y vayan a votar por el queretano; eso a pesar de lo que digan las encuestas.
Los que le van a la selección mexicana son parecidos, porque ante la falta de juego de los seleccionados, esperan que la misma Divina Providencia les haga el milagro de que los alemanes despierten con diarrea y que jueguen como nunca han jugado en décadas. Aunque las estadísticas indican que la selección alemana tiene décadas sin perder un partido de inicio de Mundial.
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