¿Qué se traen contra los acarreados? Todos los usan, y ellos se aprovechan de quienes los usan

Acarreados, imagen ilustrativa FOTO: WEB

El acarreo electoral se ha convertido en una industria pujante, una especie de comercio informal en el que las personas se alquilan para llenar plazas, agitar banderines o hacer sonar matracas. El acarreo electoral lo utilizan todos los partidos, desde los más tradicionales, hasta los que se consideran puros. Y lo utilizan porque a veces no les queda de otra. El líder les dice que la plaza debe estar llena y los subalternos deben llenar la plaza. Antes lo hacían con promesas que ahora ya no funcionan. Después las personas se conformaban con el paseo, la torta, el Frutsi y el plátano o la manzana, pero ya tampoco era suficiente.

Ahora ofrecen una remuneración económica a un líder de colonias o de alguna agrupación social que habla con sus allegados, que les garantiza además del paseo, la torta, el Frutsi y la fruta, unos 200 pesos por persona; si va una familia de cuatro ya son 800 pesos; muy buenos para el día de trabajo de una familia que tiene que conformarse todos los días con el sueldo mínimo del señor de la casa

Por supuesto el líder se queda con una buena tajada del pastel. Por supuesto en los eventos masivos también hay gente que va por su propio pie, gente convencida que cree en el candidato o líder carismático. Pero no son tantos como para llenar una plaza y presumir la foto. Con los acarreados no tienen problemas, llenan las plazas, les cumplen con su dinero y no importa después si votan por ellos o por el otro. ¡Dejen de denostar a los acarreados! Finalmente, todos los usan y ellos también se aprovechan de quienes los usan.

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