¡Ahí viene Cascarrabias!

Cascarrabias
Ahí viene Cascarrabias FOTO: WEB
- en Opinión

Édgar Landa Hernández / Siendo apenas un niño junto con mis hermanos solíamos entretenernos con una serie de dibujos animados llamada  «Ahí viene Cascarrabias».

Sus principales personajes eran: la princesa amanecer y su inseparable amigo Terry. Y en el cual ambos protagonistas se daban a la tarea de tratar de encontrar ¡la cueva de las orquídeas susurrantes!, donde al parecer encontrarían la llave de cristal que rompería el conjuro en esa tierra de fantasía y color.

Junto a ellos, un coprotagonista divertido y a la vez gracioso; una diminuta mascota denominada “Bip” una especie de perruno, raro a mi parecer; ya que muy frecuentemente su nariz se le desprendía y esta con una perspicacia y voluntad propia olfateaba hasta encontrar el objeto deseado.

El acérrimo rival de esta dulce pareja y su fiel mascota era nada más y nada menos que el cruel y ruin “cascarrabias y su inseparable dragón”, aunque la mayoría de las veces cascarrabias lo llamaba de una forma despectiva, “sabandija”.

El antecedente de esta divertida serie de por allá de los 80, consistía que cascarrabias, desde un inicio se ocupaba por perseguir a los protagonistas con tal de hacerles ver su suerte y sobre todo no dejarlos encontrar el sueño que tanto anhelaban ¡la cueva de las orquídeas susurrantes!.

Y volviendo a la vida real ¿cuántas veces nos ha pasado exactamente igual?, cuando vamos en pos de nuestros sueños y aparece el llamado ¡cascarrabias! haciéndonos imposible la manera de encontrar nuestro camino.

Seres empecinados únicamente a ver la forma y manera de hacer daño a los demás, olvidándose de su propia felicidad. Para ellos su “felicidad” consiste en solo dejar una huella maligna en cada ser, que lo único que trae es irse alejando de las personas que lo rodean.

En cada momento está la forma de elegir que´ es realmente lo que queremos hacer en este día, u obstinarnos como el cruel cascarrabias; a únicamente sobrevivir haciendo daño a nuestros semejantes.

Cuando Únicamente nos centramos en ver las partes negativas de la gente cultivamos el egoísmo, el odio y el rencor hacia las personas que quizás lo tengan todo o quizás solo tengan una pizca de Alegría en su corazón y eso afecta al cascarrabias que llevamos dentro, por eso viene el enojo, la furia, no importa cuánto poseamos Siempre vamos a estar mirando la parte mala de la gente.

El enojo y el odio es la fuerza negativa más destructible que existe, es lanzar nuestro Boomerang al universo y esperar a que regrese a nuestro cuerpo, pero corregido y aumentado. En esta vida todo lo que se hace se regresa. ¡Ya sea bueno o malo!

La vida jamás da tregua, simplemente llega el momento que pasa la factura Y es ahí cuando llega el arrepentimiento; Aunque otras veces no nos importa y seguimos en la misma postura ¡seguir haciendo el mal y el daño a la gente! Y no nos damos cuenta que únicamente estamos dañando nuestro organismo debilitando nuestro sistema inmunológico.

Cuando nos disponemos ejercer lo maligno en la vida de los demás simplemente atraemos cosas funestas a la nuestra, somos seres insatisfechos que no cedemos terreno a la cordialidad o a la sensatez .

Simplemente nos volvemos personas arrogantes, difíciles, Vivimos del escarnio y así proseguimos hasta volvernos vulnerables y caer en el vacío no tanto material sino espiritual.

Hoy deja encerrado al cascarrabias que llevas dentro y céntrate a disfrutar de la bella travesía que te haga llegar sano y salvo a ¡la cueva de las orquídeas susurrantes!

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