Durante cuatro años, los normalistas reciben asignaturas como psicología del educando adolescente y constantemente se les dota de un conjunto de herramientas didácticas para poder enseñar y formar al alumno. El universitario no cuenta con estas herramientas, excepto los de pedagogía y carreras afines, ellos van aprendiendo sobre la marcha, total, echando a perder se aprende. Es cierto, algunos son muy buenos y cuentan con ánimos suficientes, pero el trabajar con adolescentes no es cualquier cosa.
Para los creadores y promotores de la Reforma Educativa, eso no es importante, para ellos la forma es fondo y, a como dé lugar, ésta tiene que seguir adelante, no importan las pequeñeces como el dejar a las escuelas normales en el abandono.
Sólo faltan tres meses para conocer finalmente cuál será el destino de la joya de la corona peñanietista. Ya se verá si la Reforma Educativa se queda en el intento o seguirá en el próximo sexenio intentando elevar la supuesta calidad educativa.