Después de la entrevista telefónica que le hicieran a Ricardo Anaya en el programa Despierta con Loret de Mola podemos concluir que el candidato del Frente Amplio o se hace… o nos quiere ver la cara. Ricardo Anaya está acusado de recibir dinero de un empresario para triangularlo comprando un terreno en un precio determinado, que después vende al mismo empresario en cinco veces lo que le costó.
Pero Anaya dice primero a Manuel Barreiro, el empresario que le donó el dinero, y después dice que sabe que es directivo de la empresa a la que se vendió el terreno en la misma nave industrial; al final termina reconociendo que sí se ha visto con Barreiro “unas cuantas veces”. Anaya quiere hacernos creer que él actuó de buena fe y que los otros actuaron de mala fe, aunque quienes lo acusan, los prestanombres de Barreiro señalan que Anaya estaba consciente de la triangulación, que terminaría siendo delito de lavado de dinero.
A pesar de esos señalamientos en su contra por parte de los supuestos prestanombres Anaya dice que no piensa demandar, porque su mirada está en ganar la presidencia; al final dice que está en su derecho de demandar y ya verá si lo hace. Así de transparente, así de claro el candidato presidencial.
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