Timorato no es, tuvo los suficientes arrestos y no le tembló la mano para enfrentarse al peligroso Cártel de la muerte de Arturo Bermúdez Zurita. Miguel Ángel Yunes Linares pegó seco y duro contra la estructura que se encargaba de levantar y desaparecer, tanto a peligrosos delincuentes como a ciudadanos inocentes. El sesudo estudio y proceso de recopilación de evidencias estuvo a cargo de Jorge Winckler.
El mutismo y discreción del mismo los condujo al éxito salvo la huida del exsubsecretario de Seguridad Pública estatal, José Nabor Nava Olguín, por el que se ofrece un millón de pesos de recompensa por quien ofrezca datos para su captura. Es cierto que aún falta mucho trabajo por hacer, pero se quiera reconocer o no, con este golpe la Fiscalía General del Estado se fortalece.
Muchos podrían alegar que tal vez sea una estrategia con tintes electorales, sin embargo, se debe de comprender que, si la captura y el proceso se dilataban, estos siniestros personajes podrían haber puesto muchos kilómetros de distancia. No se sabe si lo que declaren estos infaustos y siniestros personajes alcancen a Herrera Beltrán o a Javier Duarte, pero de lo que sí podemos estar seguros es que sus declaraciones hundirán aún más al mal llamado Capitán Tormenta.
Agarrar al toro por los cuernos, tanto daño que hicieron al pueblo merecen todo el peso de la ley , sin temblarles la mano sin ningún titubeo y sigan limpiando esas mentes podridas, vigilen el trabajo de los abogados de oficio que muchas veces lo que hacen es intimidar a las victimas y estancar las denuncias pongales tiempos para que hagan su trabajo con forme a las leyes.