En anteriores ocasiones, cuando el Gobierno Federal, mediante su oficina de Hacienda anunciaba los incrementos de la gasolina, las protestas no se hacían esperar. Los transportistas y ciudadanos comunes salían a las calles a protestar el incremento. Hoy se resiente el alza de precio, pero nadie protesta, como la diabetes, el descontento ahí está pero nadie hace nada.
Los ciudadanos sabemos que el precio de la gasolina de mayor consumo en el país, la tipo Magna, ronda los 18 pesos por litro y difícilmente regresará a los 16 pesos que mantuvo por varios meses o a las 13 pesos cuando se registró durante 2016. Desgraciadamente, a la ciudadanía le aplicaron un método silencioso de incrementos, que cuando quiera moverse o hacer algo, ya será demasiado tarde.