Desde el tercer lugar de preferencia electoral, el PRI veracruzano irradia optimismo

PRI
Edificio del Comité Directivo Estatal del PRI Veracruz FOTO: AMBROSIO PABLO

Se acuerda usted cuando el PRI era conocido como “la aplanadora”, cuando se llevaba el carro completo y ganaba todos los puestos de elección popular. La sola candidatura era una garantía de una diputación o una presidencia municipal. Hoy el destino alcanzó al PRI; las corruptelas de sus gobernadores y de muchos ediles colocan al tricolor como la tercera fuerza en el estado de Veracruz. El trabajo legislativo de las dos últimas mayorías priistas también contribuyó a la debacle del tricolor.

Su supeditada actitud de aprobar todo lo que Fidel Herrera mandara como iniciativas de ley, como la charada de la bursatilización que endeudó más al estado, o la aprobación del presupuesto de Javier Duarte aún cuando ellos mismos ya sabían que el gobernante en turno, junto a su esposa y familia, dilapidaban esos recursos destinados a salud y educación, comprando propiedades en el extranjero.

Hoy el PRI en el Congreso sólo es un Club de Tobi; son oposición, sólo una sombra mal hecha de lo que fue el tricolor en sus mejores tiempos. Lo peor de todo es que, aunque existe un buen candidato para la gubernatura, como lo es Pepe Yunes, los candidatos a diputados y senadores no le garantizan un buen número de votos.

Hoy el PRI sólo cosecha lo que sembraron sus propios militantes distinguidos. Está difícil levantar al muerto y lo que es peor, el primero de julio le pueden entregar definitivamente su acta de defunción. Por esa razón de peso es que sorprende el optimismo de los candidatos a diputados y senadores. O caso ellos saben algo que los simples mortales no alcanzamos a escuchar.

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