Joaquín López-Dóriga debería conocer la diferencia entre una amenaza y una advertencia; sino que le pregunte a la Aramburuzabala

López-Dóriga
María Asunción Aramburuzabala; Joaquín López-Dóriga FOTO: WEB

Joaquín López-Dóriga debería conocer bien la diferencia que hay entre una amenaza y una advertencia. Una amenaza directa es la que en agosto de 2015 le mandó la empresaria María Asunción Aramburuzabala al entonces conductor de El Noticiero. María Asunción le dijo: «No te confundas. Yo estoy litigando en tribunales, no en medios. Lo que estoy haciendo es exponer tu modus operandi, tu porquería». Y la señora Aramburuzabala lo hizo, lo hizo a tal grado que Televisa se vio obligada a sacar del aire a López-Dóriga.

Ahora bien, Joaquín sí sabe bien lo que es una amenaza, porque él mismo le lanzó una al entonces delegado Arne Aus Den Ruthen, quien fue obligado por el titular de noticias a autorizar una obra ilegal en un predio de su esposa. «Aprende a no meterte con la esposa de un comunicador», le dijo López-Dóriga al delegado.

Ahora Joaquín López-Dóriga se hace la víctima y se dice amenazado por el gobernador Yunes Linares cuando este le advirtió que tendría una respuesta a los dichos que el comunicador soltó sobre Miguel Ángel Yunes Márquez. ¿Dónde está la amenaza? En los miedos de un periodista defenestrado, de un periodista venido a menos, al que le exhibieron su porquería, al que lo exhibieron como un extorsionador.

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