Los casos de los tres gobernadores en capilla nos muestran completamente al desnudo el grado de podredumbre en el que se bate el Gobierno Federal. La valiente periodista Carmen Aristegui nos mostró cómo se las gastan los que manejan los destinos del país, la propia esposa del presidente se vio inmiscuida en el vergonzoso caso de la Casa Blanca. En el gobierno de Enrique Peña Nieto ha habido de todo, desde cohecho, sobornos, tráfico de influencias, desviación de recursos, lavado de dinero y la lista sigue y sigue.
Mención especial merecen los exgobernadores Javier Duarte de Veracruz, César Duarte de Chihuahua y Roberto Borge de Quintana Roo; esta triada corrupta es una muestra del tortuguismo burocrático de las instituciones encargadas de procurar justicia y de una sospechosa impunidad que desalienta a los mexicanos. Aunque desgraciadamente eso sólo es la punta que alcanzamos a ver, en lo secreto, seguramente hay más casos de corrupción y de mayor magnitud.