Algunos diputados y municipales se marean al subirse a un ladrillo

Muchos funcionarios que buscaron el voto de la ciudadanía, ahora se marean cuando se suben a su ladrillo de poder FOTO: WEB

«Casi todos los hombres pueden tolerar la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre, dale poder». Esas palabras se las adjudican al presidente norteamericano Abraham Lincoln. Ojalá y esa máxima la pusieran en práctica muchos políticos. Sin embargo en México, existe una máxima que los políticos siguen como Manual de Carreño, ésta dice: «A mí sólo pónganme donde hay, que de lo demás yo me encargo». Este dicho encaja a la perfección con muchos diputados que se quieren reelegir y algunos alcaldes entrantes.

Mientras se encontraban en campaña eran muy saludadores, sencillos y hasta simpáticos. Pero nada más llegan al poder y la mayoría se encierra a lodo y piedra en su oficina. Ya no saludan amistosamente a los ciudadanos que antes eran electores. Algunos, que nunca han tenido auto de lujo, inmediatamente se compran la camioneta más grandota y costosa.

Estos personajes olvidan que, en la política mexicana, el poder es pasajero, que tarde o temprano dejarán de ser funcionarios públicos y que, cuando vuelvan a ver a los ciudadanos nuevamente como electores y salgan a las calles muy saludadores, que no les sorprenda que la ciudadanía en vez de su voto, les dé la espalda.

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *