Le están lloviendo críticas a Donald Trump por sus expresiones racistas que no se dan en un contexto íntimo o casual, sino que las suelta en medio de reuniones de trabajo con legisladores norteamericanos. Trump cree que los legisladores aprueban la forma como se expresa no sólo de los países amigos, sino además de sus propios conciudadanos. Llamar “países de mierda” a las naciones que, por diversas razones, incluso por la política exterior norteamericana, no han tenido un desarrollo pleno, no sólo es falta de diplomacia sino una bajeza que demuestra la clase de sujeto que gobierna a los Estados Unidos.
Ahora se disculpa Trump y miente diciendo que él no se expresó de tal manera; sin embargo, los diputados demócratas que se encontraban en esa reunión confirman las expresiones del mandatario norteamericano. 54 naciones africanas exigen una disculpa, pero no deberían ser sólo esas 54 naciones, sino todos los países que mantienen relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.
No se puede permitir que un mandatario, sea del país que sea, se exprese de esa manera. Trump no se disculpará, como siempre sólo dirá que lo que de él dicen son mentiras, puras mentiras.
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