Miriam González Sheridan es otra militante de Morena que salió agraciada en la tómbola de López Obrador y por eso llegó a diputada. Sin ideología, sin trabajo político, sin vergüenza se salió de su partido y se paseó en avión con el gobernador Miguel Ángel Yunes que conoce muy bien el dicho que dice: «Los leones se alimentan de los corderos»; eso son los diputados de Morena, corderos.
Pues ahora la señora Sheridan, también sin vergüenza, se registra como candidata a la gubernatura de Veracruz: «Hoy me registro ante Nueva Alianza Veracruz con el anhelo de gobernar, no sólo de administrar, sino de gobernar un Veracruz con mujeres y hombres valiosos, con mujeres y hombres de bien».
La señora no tiene vergüenza, no le importa ser incongruente, convenenciera y evidentemente cínica, pero dice que gobernará con hombres de bien, quizá de la misma calidad y ética política que ella. No tiene ninguna posibilidad, ella entra como piedra en el camino para meterse en el zapato de otro candidato, ¿de quién? No del hijo del que la paseó.
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