No sabemos a ciencia cierta cuáles son los proyectos y planes del alcalde saliente de la capital del estado de Veracruz. Lo más seguro es que apueste su capital político y experiencia dirigiendo al maltrecho Partido Revolucionario Institucional (PRI). Américo Zúñiga sigue las pisadas de su padre, el bien querido maestro Guillermo Zúñiga Martínez, quien fuera presidente del tricolor.
El alcalde saliente conoce bien las condiciones en que recibirá al PRI, sabe que sacar al partido del tercer lugar de preferencia electoral no será tarea fácil. La condición tan precaria en que se encuentra el tricolor es gran parte al trabajo sucio y descuidado de los dos últimos exgobernadores y a la corrupción en que se batieron buena parte de la clase política que gobernó.
Si Américo Zúñiga llega al PRI, como todo apunta a que eso sucederá, necesita comenzar desde abajo, convencer a las bases, desde el que abre la puerta en la sede de Ruiz Cortines, como a los seccionales, que sólo les han dado atole con el dedo.
No se duda de la capacidad del exalcalde, ni tampoco de la confianza que Pepe Yunes depositara en él, sin embargo, se espera que Zúñiga Martínez tenga mucho cuidado en escoger y seleccionar a las personas que estarán cerca de él. El joven funcionario debe dejar fuera a todo aquello que huela a Fidel o a Javier, ese aroma en lugar de agradar ofende el olfato de los veracruzanos.
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