Juan Antonio «N» cuando estuvo en la cúspide del poder durante la administración de Javier Duarte, fue uno de los funcionarios que se sentían hechos a mano; el exservidor público de carácter agrio y de respuestas oscas creía que los veracruzanos no lo merecían, en algún momento pensó que desde una oficina estatal le hacía un gran favor a Veracruz. Hoy, uno de los funcionarios más buscado viste como preso y va cargando en su abultada espalda el desprecio y la ignominia de los veracruzanos, todo por haber sido tapadera de las corruptelas de la locuaz pareja monárquica Javier y Karime.
Bien dice el dicho que, entre más alto esté el hombre, más dura será su caída. Eso es precisamente lo que pasó con este funcionario que se molestaba y profería amenazas cuando en los medios era mencionado y tazado con la misma regla que su jefe, el exgobernador.
Hoy Juan Antonio «N» está comprobado la ley de la retribución, tal vez en parte sea cierto que no se gastó toda la lana que le achacan, pero de algo sí es culpable es de haber visto cómo se dilapidaban los recursos de los más pobres desde las oficinas del DIF, y lo peor, nunca lo denunció; el exfuncionario se hizo de la vista gorda. La justicia lo ha alcanzado. Hoy Juan Antonio «N» llora su destino.
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