Morena: la ministra salinista del Peje

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Propuesta de gabinete presidencial de Andrés Manuel López Obrador y Morena FOTO: WEB
- en Opinión

Mussio Cárdenas Arellano /

* Doña Olga y sus trastupijes en la Suprema Corte  * Y la quiere en Gobernación  * Treta para favorecer al concuño de Salinas de Gortari  * Rebelión en Morena por el PES  * Mina: Wade manosea la elección en el SUEM  * Sus abusos cuestan 61 millones  * ¿Secuestradores o autodefensas?  * Regidor paga por firmas para Margarita  * Jessy: “Caer en Tentación”

Cada que podía, Olga Sánchez Cordero solía mostrar que la ley es rentable y maleable, a menudo cambiante, a modo de quien trafica con el poder, de los que atropellan al pobre y agravian a la sociedad. Así era —y es— la ministra salinista de López Obrador.

Liberó a Florence Cassez con una ponencia en que vio venir el voto en contra de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que rechazaban otorgar un amparo para efectos, como ella proponía, que instaba al juez del caso a emitir un nuevo auto, de libertad o formal prisión, sin incluir las pruebas que violaban los derechos de la ciudadana francesa, incluido el montaje armado por el ex secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna.

Varió, pues, el criterio. Modificó su ponencia. Determinó que fuera amparo liso y llano y otorgó la libertad a la joven mujer, más por razones políticas —la presión del presidente francés Nicolás Sarkozy— que en apego a la ley.

Montaje o no, la ministra evidenció que se mueve al son que el poderoso le quiera tocar.

Decía Olga Sánchez Cordero que una vez pasada a retiro volvería a su notaría. Y nada más.

Perfilada a la Secretaría de Gobernación, si AMLO llega a Los Pinos, será quien enfrente el tema político, el conflicto social, la pugna de los partidos, el estallido que deriva del olvido y el abandono, el atropello a las mayorías, sin tener formación en el tema, sólo con sus dotes de jurista. Y hasta ahí.

Es la estrella del gabinete del líder de Morena. La muestra este jueves 14, junto a Héctor Vasconcelos, Rocío Nahle, Estaba Moctezuma, Javier Jiménez Espriú, unos con fama y formación, otros con pasado en la mafia del poder.

AMLO halla siempre un alfil a modo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Antes fue Genaro Góngora Pimentel hasta que el vetusto ministro cayó de la gracia al saberse de los hijos con problemas de autismo a los que marginó, les negó una vivienda y se fue con todo con la mamá de los pequeños.

Hoy es Olga Sánchez Cordero, de formación en las cortes y el derecho, a quien ubica para conducir la política interior. O para ser su marioneta con imagen de jurista.

Su inclinación salinista no es secreto. Un juicio, originado en tribunales de Coatzacoalcos, Veracruz, mostró que si se trata de manipular la ley Olga Sánchez Cordero no tiene escrúpulo. Y si hay que beneficiar al salinismo, peor.

Vencido en el Poder Judicial de la Federación, el hoy secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, concuño del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, sólo pudo arrebatar un predio de 10 hectáreas, denominado Zona Dorada, aledaño al malecón de Coatzacoalcos, con una treta legal… y con la ayuda de la entonces ministra Sánchez Cordero.

Por más de 20 años la familia González Anaya y sus socios los Ramón de Diego, ignoraron que el predio era suyo. Nunca pagaron predial u otras contribuciones. Y de pronto se lo agenciaron.

Tras varios meses de conflicto legal y con el amparo final perdido —y no impugnado en tiempo—, el caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 5 de marzo de 2014, González Anaya solicitó que se ejerciera la facultad de atracción y que ahí se consumara el atraco. El 2 de abril, la SCJN desechó la petición “ante su falta de legitimación”. El caso regresó al tribunal colegiado de Xalapa.

Insospechadamente, Oscar González Anaya, hermano del hoy secretario de Hacienda, solicitó de nuevo que la SCJN ejerciera su facultad de atracción. El 4 de junio de ese año encontró en una ministra identificada con el salinismo, Olga Sánchez Cordero, su tabla de salvación.

El 20 de junio, Sánchez Cordero ejerció esa facultad aún yendo contra su propia tesis en la materia, que establecía que la facultad de atracción sólo se ejerce en casos de “especial relevancia para el ámbito nacional”. Y en otra parte de su argumentación asegura que el requisito de “interés” o “importancia” se da cuando exista posible afectación grave al patrimonio o las finanzas públicas de la Federación, la posibilidad de que se perjudiquen áreas o sectores de importancia económica y social para el país. No era el caso, pero lo atrajo.

Y así lo enfiló al despojo que otro ministro, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, también salinista, consumó, tácitamente votado fuera de agenda, en las sombras.

Es Olga Sánchez Cordero pieza del “innombrable”, como tilda López Obrador a Salinas. Y la quiere en la Secretaría de Gobernación.

Mal día para el Dios Peje, este jueves 14. Sus acólitos se comportan como Luzbel y sus ángeles rebeldes. Lo increpan y replican. Saltan contra la alianza con el Partido Encuentro Social, advirtiendo el sinsentido de convocar a un partido que ideológicamente discrepa de Morena.

Concluida la presentación de gabinetazo pejista, Elena Poniatowska y Jesús Rodríguez repudian el acuerdo con el PES.

No al PES”, exhibía la cartulina que la escritora de La Noche de Tlatelolco y la actriz y directora teatral sostenían en sus manos. Y la prensa se volcó sobre ellas.

No habló Elena Poniatowska. Sí lo hizo Jesusa Rodríguez, denunciando la aberrante mezcla de la izquierda salvadora con la derecha intolerante.

Somos muchos, no soy yo sola —reseñaba Proceso, la revista que mejor trata a López Obrador—. Muchísima gente está indignada y dispuesta a que esto (la alianza) no ocurra, porque lo único que no se puede tolerar es la intolerancia”.

Agregaba Jesusa Rodríguez:

Morena es respeto y el PES es intolerancia. Es una ofensa para los homosexuales, para las mujeres, para el derecho a decidir. No es cualquier cosa, estamos hablando de derechos humanos”.

Se había retirado el Dios Peje. Quedaban miembros del gabinetazo. Andaba cerca la presidenta de Morena, Yeidckol Polenvsky.

Trascendía el repudio al agandalle pejista, faltando a los principios de Morena, a su línea a favor de los grupos sociales marginados y agredidos, a los llamados de preferencias sexuales distintas, a los fans del transgénero y anexas.

Horas más tarde —agrega Proceso—, en el Instituto Nacional Electoral (INE), simpatizantes de Morena y defensores de los derechos LGBT protestaron en el acto en el que las dirigencias de Morena, Encuentro Social y PT oficializaron la coalición Juntos Haremos Historia.

“García Moreno, líder de la asociación civil Agenda LGBT, mostró una bandera multicolor y gritó: ‘¡Fuera la Iglesia de la política, viva el Estado laico, vivan los derechos humanos!’ ”.

Un día antes —miércoles 13—, defensores de derechos humanos, académicos, miembros y simpatizantes de Morena lanzaron un posicionamiento en el que exigen a la dirigencia, o sea al Dios Peje, cancelar la alianza con el Partido Encuentro Social.

Suscriben el documento más de 60 personalidades ligadas al ámbito derecho-humanista, feminista y de la diversidad sexual. Aducen que el artículo 9 de los estatutos de Morena obliga a luchar por el respeto a los derechos humanos, contra la violencia, contra la discriminación social, laboral y política, “la violencia homofóbica, de género y étnica”.

Y citaron que el PES en la Cámara de Diputados lanzó una iniciativa en que proponía eliminar la educación laica, promover una concepción única de familia (matrimonio heterosexual) y prohibir el aborto. Ante la presión de organizaciones de la sociedad civil, sostiene el documento, fue desechada.

“Esta alianza es incongruente —puntualizan— y deja ver a amplios sectores de la sociedad que Morena está privilegiando la consecución de votos a costa de sus valores”.

Y agregan: “Consideramos que Morena debe desistirse de esta alianza puesto que está arriesgando más de lo que puede ganar al desdibujar su diferencia con las demás opciones que este proceso electoral están conteniendo.

“Por su parte, el PES es una formación política relacionada ampliamente con iglesias evangélicas, principalmente, pentecostales, y las posiciones históricas de su dirigencia han llegado a ser inclusive más radicales que las de la Iglesia Católica, como ocurrió con el mencionado episodio de septiembre de 2016”.

Unos votos, los del PES, desnudan el pragmatismo de López Obrador, la suma que avizora una elección cerrada, como en 2006, o la reflexión por los días en que llamó palero a Movimiento Ciudadano, el partido bisagra, el que resurgió en Jalisco y Nuevo León, los 200 mil votos que representa en Veracruz y que le dan el triunfo a quien lleve de aliados.

Por unos votos el Dios Peje pactó con la derecha conservadora. Es la derecha que condenan los pejistas, con la que por ir contra los principios de Morena no debieron pactar.

Mal día para López Obrador. Discrepan Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez, se alebrestan las bases morenistas y se le ocurre perfilar a Olga Sánchez Cordero, la ministra salinista, a la Secretaría de Gobernación.

El Peje se vuelve a barrer.

Archivo muerto

Perdido en su laberinto, quiere ahora Saúl Wade violentar la elección en el Sindicato Único de Empleados Municipales de Minatitlán. Impulsa dos planillas, la verde y la roja, que enfrentarán a la blanca del grupo que detenta el control del SUEM en los comicios del domingo 17. Su nuevo capricho viene precedido de un daño descomunal, algo así como 61 millones de pesos que deberá pagar el ayuntamiento de Minatitlán por el despido de 50 trabajadores de base y 25 eventuales, todos demandando la reinstalación en los tribunales laborales. El litigio es de antología. Consta que el ayuntamiento que encabeza TítereCheng, alias Héctor Cheng Barragán el alcalde irreal, carece de brújula, de timón, de velas y de ancla. Saúl Wade, alias l’enfant terrible, ejerce tal tiranía que ante el magistrado presidente de la Sala Laboral, Fernando Charleston Salinas, el alcalde sólo argumenta que los empleados “no me hacen caso” cuando le solicita al área de Recursos Humanos las constancias que acrediten si los demandantes realmente han laborado, en qué cargo y con qué salario. Por capricho del Chucky Wade a sus incondicionales, con los que conformó otro sindicato de apenas 41 trabajadores, les aumentó el salario de manera descomunal. Baltazar Mendiola, líder del sindicato charro, pasó de 8 mil a 21 mil pesos. Y ante eso, el SUEM adujo que debió homologar todos los sueldos. Y entonces TítereCheng le bajó el salario a su gente. Ahí ronda la tragedia. Una arbitrariedad de Saúl llevó al suicidio al empleado Jesús Ramos Navarrete, al ver que su madre, padre y hermana eran despedidos. Otra mujer de nombre Isis, perdió a su bebé por falta de servicio médico; fue despedida mientras se hallaba embarazada. Han despedido a 23 mujeres, 12 de ellas obreras, afanadoras, que trabajan en los mercados y oficinas. El ayuntamiento está emplazado a huelga. Originalmente estallaría este viernes 15 pero por mediación del tribunal se postergó para el 29 de enero de 2018. Habrá audiencia el 22 de enero y para entonces la cifra de 61 millones de adeudo habrá crecido. Y pese a que se debió generar un ahorro mientras dure el juicio, según presupuesto para 2017, nadie sabe dónde quedó el dinero. O sí. Sólo Chucky Wade lo puede explicar… Oficialmente, Reynaldo “N”, Rodolfo “N”, Álvaro “N”, Eduardo “N” y Marco Antonio “N” son secuestradores. Se les aprehendió en Playa Vicente. Se les decomisó un revólver calibre 38 Spl. Otro sujeto, Pedro “N”, alias “El Peri”, quien portaba una pistola tipo escuadra, fue abatido. Los intervino la Policía de Veracruz. Los tilda de ser una “banda dedicada al secuestro y la extorsión”. Otras voces rezan que no hay tal. Serían los seis algunos de los líderes de una organización de autodefensa que controla todo en la zona rural de Minatitlán, Hidalgotitlán, Uxpanapa, Jesús Carranza y Playa Vicente. Desde el crimen del alcalde electo de Hidalgotitlán, Santana Cruz Bahena, sienten la embestida yunista, el destronque de sus estructuras con las que montan retenes en los caminos vecinales; sienten la búsqueda casa por casa, el trato áspero de la policía y elementos que ellos asumen son federales. Oficialmente son secuestradores. Extraoficialmente son autodefensas. Y las van a exterminar… Cada lunes, Dorilian suelta el pago. De a 10, de a 15, de a 20 pesos por firma. Sea para la causa de doña Margarita. Dice un insider que no lo hace Dorilian Pérez Hernández a título personal sino a nombre del regidor por Coatzacoalcos, Efraín Martínez Cruz, y es la talacha casi clandestina a favor de Margarita Zavala. Quiere así Efraín contribuir a hacer realidad el sueño de la señora de Calderón de ser presidenta de México, un sueño guajiro, pues si suda para obtener las 800 mil firmas de apoyo que exige el Instituto Nacional Electoral para obtener su registro, es imposible que pueda ganar la elección del 1 de julio de 2018. Efraín Martínez se cuida de aparecer dada su condición de panista. Una vez que se acredite para quien trabaja, seguro lo echarán del PAN. Con él va su hijo, discreto, sin alzar polvo, no vaya ser que también le apliquen la expulsión… Muy loca, muy engreída, un día aquella joven desató sus iras y liberó los demonios de otros. Quizá por despecho, quizá por capricho, ideó y produjo un video de calidad ínfima y manufactura casera, un bodrio viralizado en redes sociales pues el puro título, “Las Novias de Joaquín”, sacudía al jet set, al priismo y más aún a esa rancia casta que se hace llamar “lo más selecto de la sociedad”, donde pululan “las mejores conciencias”. Intención aviesa y fría en aquella joven que así provocara un conflicto familiar apocalíptico. Tiempos después, altanera confesó. “Sí, yo fui y qué”. Una pista: se llama Jessy y no es la de Toy Story…

 

Publicada en mussiocardenas.com
15 de diciembre de 2017
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