Américo Zúñiga, lo bueno y lo malo

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Américo Zúñiga Martínez rinde el cuarto informe de gobierno en su administración municipal FOTO: FACEBOOK
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Armando Ortiz / Sin duda el saldo de Américo Zúñiga en el municipio de Xalapa resulta ser positivo. Esto da pie para pensar que las gestiones de cuatro años en los municipios tienen resultados positivos. Américo Zúñiga no fue de esos alcaldes los cuales uno ansía que se acabe su gestión. Américo hizo obra no sólo de relumbrón, sino además esa obra que no se ve pero que es importante que se realice para beneficio de los ciudadanos a futuro; un ejemplo de ello son los colectores pluviales que aliviarán las inundaciones en muchas zonas de Xalapa. Américo no sólo no deja deuda en el municipio, sino que deja un guardadito para que el próximo alcalde pueda empezar bien su gestión. Otro de los puntos a favor es que el alcalde no sólo se atuvo al presupuesto federal o a la recaudación municipal, sino que supo gestionar recursos gracias a sus contactos en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores. Fueron muchos los millones que el senador Pepe Yunes bajó para obra en la capital veracruzana; eso no lo hace cualquier alcalde; eso no lo hace cualquier legislador por la capital de su estado. Tan sólo habría que preguntarle al diputado Cuitláhuac García, del distrito de Xalapa, ¿qué hizo por la capital? Ah, ya recordamos, él dijo que nos rascáramos con nuestras propias uñas. Que tuvo algunos fallos, claro que los tuvo.

Américo Zúñiga, lo malo

Si bien el saldo de Américo Zúñiga como alcalde de Xalapa es a favor, hubo algunas cosas que sí se le pueden reprochar. Por ejemplo, desde un principio varios periodistas le hicieron ver en el error de poner a un hampón como William Velasco en la dirección de Turismo; era inconcebible que un tipo que había sido corrido de la oficina de su padre en la UPAV tuviera cobijo en la administración del hijo. Américo cobijó además a un grupillo de jóvenes encabezado por Rodrigo Montoya que lo metieron en varios líos. Esos jóvenes fueron empoderados por la relación cercana con el alcalde, y su única utilidad era un acompañamiento nocivo, porque ni administrativamente ni políticamente le sirvieron para algo. El otro punto que algunos le reprochan y otros le celebran es su visión urbana de la ciudad, ese afán de asfixiar el paso de los autos con la excusa de entregar la calle a los peatones. En un corto plazo esas medidas urbanas tendrán repercusiones caóticas y las próximas administraciones se verán en la necesidad de echar abajo la obra de un alcalde que se imaginó a Xalapa como una ciudad europea. Pero como dijimos, finalmente el saldo es a favor, hasta se podría decir que, de poderse, Américo Zúñiga se podría reelegir sin ningún problema. Su padre, el profesor Guillermo Zúñiga, estaría orgulloso de él.

“El privilegio de mandar”, otra vez los bufones de Televisa sobre López Obrador

Otra vez se va a presentar esa vacilada de “El privilegio de mandar”, una serie que en 2006 sirvió para los fines de una empresa televisora que veía a Andrés Manuel López obrador como “un peligro para México”. En esas elecciones López Obrador, lo mismo que en este momento, estaba muy por arriba de sus más cercanos contrincantes. Para reducir esa distancia y para bajar a López Obrador de las encuestas los bufones de Televisa lo ridiculizaron al grado de convertirlo en un sujeto de caricatura. Además de este programa de televisión estuvo la campaña del Consejo Coordinador Empresarial, además de los ataques frontales de sus adversarios políticos y, hay que decirlo, la soberbia de López Obrador también contribuyó a que la presidencia en 2006 se le escapara. Ahora viene este programucho que se transmitirá por Internet, y que, si bien tiene la intención de burlarse de todos los contendientes, en realidad van con el propósito de ridiculizar nuevamente al candidato puntero.

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