Dicen que Carolina Gudiño también quiso entrarle a la guerra de las porras, sólo que ella pasó media desapercibida. Carolina Gudiño, al igual que Anilú Íngram, todavía tienen el tufo de sus padrinos. Anilú huele a azufre por su cercanía con Fidel Herrera y Anilú huele a tacos de suadero por su cercanía con Javier Duarte de Ochoa. Ellas saben que ese olor no se quita ni con jabón chiquito; ese tufo es un estigma que las perseguirá durante toda su carrera política, si es que la llegan a desarrollar.
Por lo mismo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ve como un riesgo la candidatura de estas damas, porque saben que en la contienda su oscuro pasado les habrá de pesar. Sin embargo, en la dirigencia nacional del partido saben que lo más importante es que los candidatos a diputaciones o senadurías, incluso gubernaturas, sumen votos a su candidato presidencial.
El PRI no se puede dar el lujo de ganar muchas senadurías o diputaciones, y perder la presidencia de la República y estas dos tufosas damas no garantizan muchos votos.
ojala no pongan ninguna de estas tipas con aires de todopoderosas q bien sabemos como han subido al lugar que ahora tienen, y si el partido que las ha a cogido con tanta protección quiere ser tomado en cuenta, por la ciudadania sabra que este quinteto de divas seria el peor error en estos y todos los tiempos, creo ya es tiempo de gente nueva