En esa circunstancia puede ocurrir cualquier cosa, puede morir el delincuente o puede morir uno o algún ser querido. Uno no busca matar al delincuente, sin embargo, se puede dar el caso.
Dice un sacerdote católico que matar en legítima defensa va en contra de los mandamientos de Dios. ¿Sugiere este sacerdote que desistamos cualquier defensa y dejemos que el criminal nos mate o mate a nuestros seres queridos? Si lo podemos evitar, ¿por qué no hacerlo? ¿Es mejor morir en legítima defensa, que matar en legítima defensa?