Millonaria lavandería de “Empresas Fachada” consentidas por Sefiplan

Déficit
Secretaría de Finanzas Y Planeación del Estado de Veracruz (Sefiplan) FOTO: MIGUEL ANGEL CARMONA/FOTOVER
- en Opinión

Édgar Hernández* / 

Es el nuevo negocio de la ciberdelincuencia yunista

El primer informe de gobierno del señor Miguel Angel Yunes se ve ensombrecido por el fantasma de las “Empresas Fachada”, hoy al descubierto.

La Secretaría de Finanzas y Planeación de Veracruz, está bajo sospecha por haber puesto a funcionar la repudiada “licuadora” presupuestal al no dar explicación alguna sobre los más de 7 mil millones de pesos destinados a fines diferentes a lo etiquetado.

A ello se suma un nuevo problema,

Existe la fundada hipótesis de haber entregado a la ciberdelincuencia las nóminas de más de 80 mil trabajadores al servicio del estado de Veracruz para la consumación de millonario fraude vía empresas fachada.

Una noticia perdida sobre presuntas empresas fachada del gobierno de Miguel Angel Yunes, empezó a crecer los primeros días de este noviembre para convertirse en la punta del iceberg de lo que puede ser un fraude de proporciones insospechadas.

El tema de las empresas fantasma  impactó a un grupo de trabajadores del sector salud de Veracruz quienes de la noche a la mañana descubrieron que tenían relación laboral con varias empresas de las que presuntamente recibieron pagos por nómina y que nunca llegaron a sus bolsillos.

No llegaron a sus bolsillo, pero si figuraban en sus estados de cuentas bancarias.

Y es que al no representar afectaciones directas a su salario “normal”, los trabajadores no hicieron ningún reclamo a la institución bancaria y sólo reaccionaron cuando la autoridad hacendaria, el SAT, les requirió la aclaración por su extraña relación laboral en varias empresas, sin el debido cumplimiento del pago de los impuestos correspondientes, más lo que se ha venido acumulando en materia de multas y recargos.

La sorpresa de los trabajadores es que aparecen en las nóminas de las que ahora resultaron ser las empresas “fantasmas” que fueron utilizadas por funcionarios de la pasada administración para cometer graves actos de corrupción y saqueo a las finanzas públicas.

Lo que más llama la atención, sin embargo, es que dichos pagos sucedieron durante el año en curso, es decir, que no son atribuibles al gobierno de Javier Duarte, sino al de Miguel Angel Yunes Linares, mismos que pudieran representar la comisión de un delito.

Es acaso el hilo de la maraña de una práctica delictiva de graves consecuencias para miles de personas inocentes incautadas.

Ya mismo en las redes sociales empleados de las secretarías de educación y seguridad pública del estado se han empezado a quejar de salarios en nómina adicionales a su pago habitual.

Aquí el tema es la presunción de inocencia que descansa en la posibilidad de que los trabajadores al servicio del gobierno de Yunes Linares fueron víctimas del delito de robo de identidad el cual ha crecido exponencialmente por el crecimiento de uso de la tecnología que a la par ha abierto las puertas a la delincuencia organizada.

En México –y, por supuesto en Veracruz- se puso en mayor riesgo este asunto con la entrada de la Reforma Hacendaria que determinó el uso de la tecnología como única vía para el cumplimiento de las nuevas obligaciones fiscales:

La Facturación electrónica, Nómina electrónica y Contabilidad electrónica, prácticas modernas que representaron la incorporación de una sociedad analfabeta tecnológica al riesgo de resultar víctimas de la ciberdelincuencia no sólo por su desconocimiento sino por su mismo desinterés.

El minimizar el posible “robo de identidad” de parte del gobierno del estado, ha ocasionado que en el proceso de “Timbrado” de la Nómina de los trabajadores de las dependencias de los tres niveles de gobierno se haya optado por hacerlas sin el mínimo rigor de exigencia en el tema de la seguridad en la información.

Por ahorrar, por hacerse de la vista o por complicidad el gobierno ha contratado despachos sin experiencia tecnológica y/o empresas que prestan sus servicios en plataformas web, lo que representa que toda la información de los trabajadores quedo expuesta en manos externas y en sitios web.

Y eso, acaso de manera intencionada, ha dado lugar a que con toda la información de la burocracia presuntamente sustraída por ciberdelincuentes es que se presume estén incrustados o en complicidad con el gobierno de Miguel Angel Yunes.

De otra manera no se explica porque Sefiplan “Timbra” la nómina de toda la burocracia sin permitir que otras dependencias del mismo gobierno del estado lo hagan, dando lugar a que la propia secretaria de Finanzas contrate a sus empresas ¿fantasma? para la operación financiera.

Algo apesta por ahí.

La delincuencia cibernética está haciendo mal uso de la plataforma informativa de la Sefiplan –ya se vio con lo de SESVER- poniendo en grave posibilidad de quebranto financiero a la víctima, es decir, el empleado de gobierno, incluida una eventual prisión del burócrata por  defraudación fiscal que se ha tipificado por la legislación como delito grave.

Ya por lo pronto hay un foco rojo entre los trabajadores de la burocracia estatal y municipal de Veracruz por el robo al descubierto de quienes desde Sefiplan sustrajeron las bases de datos.

Los trabajadores del Sector Salud no solo han salido a manifestarse a las calles de Xalapa, sino que han denunciado que la dependencia SESVER pudiera estar utilizando una empresa inexperta para el servicio de Timbrado de la Nómina.

Se presume además que las empresas fachada hacia donde se está desviando el dinero virtual de la burocracia sigue el mismo formato que operaba con el Duartismo:

No tienen domicilio fiscal, carecen de página web; no están inscritos en el padrón de proveedores del gobierno y sus conceptos de operación son inocuos.

Todo pareciera indicar pues, que las “Empresas Fantasma” de la Yunicidad son clones de las de Javier Duarte con la diferencia que ahora hay más tecnología y modernidad para birlarse el billete.

Lo del robo de identidad en favor de las empresas “Fantasma” de la Yunicidad es solo el comienzo de lo que viene.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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