El problema de los Centro de Reinserción Social es un problema añejo en nuestro país. El cautiverio y custodia de personas que se han dedicado al crimen durante la mayor parte de su vida es un problema social que no encuentra solución. Se supone que el cautiverio no sólo es un castigo sino una oportunidad que se le brinda al delincuente para que se reinserte en la sociedad. Pero eso casi nunca sucede; es más, a los Ceresos se les llama ya escuelas del crimen, porque los presos jóvenes que cometen alguna falta, aprenden maneras de cometer más crímenes.
Una de las muchas causas de que no se logre el objetivo de reinserción de estos lugares se debe a la colusión de los reos con los custodios. Los reos, gracias a la permisividad que les permiten, crean su propio gobierno que se transforma en tiranía. Eso es lo que hacía el “Tatos” en los muchos penales en los que estuvo.
Luis Alberto González Nieto, asías el “Tatos”, ha estado en 10 años en 12 penales y en los 12 penales ha creado problemas. Golpeaba, extorsionaba, torturaba y sometía a los presos a un gobierno que lo convirtió en una autoridad por encima de la autoridad. Pero eso no hubiera pasado si las autoridades penitenciarias lo pusieran en orden desde un principio. El “Tatos” es lo que es gracias a las autoridades penitenciarias que ahora dicen no saber cómo se llegó a esos extremos.
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