Ya se encuentra en cautiverio el demonio de codicia,
falta atrapar en Europa a la que fue su novicia.
Karime la esotérica, la que merece abundancia,
necesita igual que Duarte, que la cárcel sea su estancia.
Javier Duarte ni se inmuta, está feliz el muchachito.
La calaca lo alimenta con Frutsis y con Gancitos.
En Veracruz sólo piden que su castigo sea eterno,
este engendro del demonio que se pudra en el Infierno.
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