Quienes conocen a la diputada Maryjose Gamboa, quienes han seguido sus vicisitudes, los despidos de los medios donde laboraba, el encarcelamiento injusto por parte del régimen duartista que en ella volcó todo el rencor que sentía en contra de los “pinches periodistas”, quienes conocen su humanidad saben que la supuesta conversación que, dicen sostuvo con un miembro del crimen organizado, es parte de una intriga que tiene como finalidad infamar, desprestigiar y al mismo tiempo insultar la inteligencia de los veracruzanos.
La estrategia que se quiere articular en contra de Maryjose Gamboa es la consabida: «Calumnia que algo quedará». El que calumnia sabe que la fuerza de esta estrategia no está en la mentira que, por supuesto debe ser una gran mentira, sino en la repetición de ésta. Los calumniadores saben, sólo deben arrojar esa basura a las redes sociales para que los maledicentes, que abundan en las redes, se encarguen del resto.
Los medios son otra cosa, ellos deberían cuidarse de publicar esas infamias, sobre todo porque la diputada Gamboa es, también de origen, periodista. Claro, de tener pruebas contundentes deberían hacer la denuncia. Pero, ¿son pruebas contundentes los pantallazos de un celular y el dictamen de un desconocido? No hagan circo sino tienen bien pintado al payaso.
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