Una charla con Miguel Angel Yunes

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El gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares FOTO: CGCS
- en Opinión

Edgar Hernández* / Después de muchísimos años, en días anteriores me encontré en dos ocasiones con el gobernador Miguel Angel Yunes Linares, a quien conozco hace más de 30 años.

Fueron encuentros casuales.

Acudí el pasado martes a saludar a Alfonso Salces, amigo de toda la vida, a su cueva de Notiver y ahí llegó el mandatario acompañado de su hijo Miguel Angel.

Luego, el pasado fin de semana, volvimos a coincidir en la misma mesa en el XXV aniversario de la Universidad de Xalapa, que encabeza el dilecto Carlos García Méndez.

En el primer encuentro, en larga charla de casi dos horas, sorprendentemente encontré a un gobernador muy amable, muy abierto a la charla, sin agresiones y dando explicaciones puntuales de lo que quiere y hace por Veracruz.

Habló de Coatzacoalcos en el marco de la decisión presidencial en donde se prevé que en las ZEE de Puerto Chiapas; Lázaro Cárdenas, Michoacán; y Coatzacoalcos, Veracruz, haya inversiones de 50 empresas con una inversión inicial de al menos cinco mil 300 millones de dólares, y la generación de más de 12 mil empleos en los primeros dos y tres años.

Ganó, sin embargo, el tema de la inseguridad.

Se dijo preocupado, muy preocupado por el tema Xalapa en donde los recientes eventos sísmicos dieron lugar a un momentáneo abandono de las fuerzas federales de la plaza “de ahí la incidencia delictiva”.

En otro momento de la charla evocó con agradecido reconocimiento de nuestra parte a don Fernando Gutiérrez Barrios en su lucha por la seguridad, continuada por Dante, luego por Patricio Chirinos “a quien eventualmente sigo viendo”, dijo y todo el devenir hasta el recrudecimiento de la inseguridad en las épocas Fidel y Javier.

Durante la charla jamás hubo reclamo alguno a la actividad de este reportero, por el contrario refrendó su respeto a la crítica y la libertad de prensa.

Evocó asimismo su profunda amistad con don Froylán, así como pasajes de la vida de don Rubén Pabello Acosta, aunque en todo momento tuvo presente la crisis presupuestal y el quebranto en materia financiera.

Hacia el final de la charla el gobernador remarcó que siempre estará dispuesto al diálogo e incluso ofreció y dio a este reportero el número de su celular para poderlo consultar cuando hubiera alguna duda sobre su quehacer gubernamental.

Sobre sus adversarios nunca se escucharon frases de descalificación. “El pasado lunes hablé con Pepe Yunes para felicitarlo y desearle lo mejor con motivo de su cumpleaños”, comentó.

Mal haría este escribano en señalar que no fue grato charlar con el gobernador con quien hay diferencias, pero coincidencias en cuanto a querer lo mejor para Veracruz en estos momentos sometido por bandas delincuenciales que no dan tregua, así como la resaca corrupta cuyas estelas siguen presentes a más de diez meses de haber terminado la pesadilla del Duartismo.

Para muestra dos botones que ilustran la vida de Veracruz ya mismo.

Grave la actualización de los hechos delictivos que hablan de mil 596 asesinatos en Veracruz en los últimos 8 meses, de los cuales mil 53 han sido dolosos y 543 culposos, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación.

Y bien por ese paquete de iniciativas para crear el Sistema Estatal Anticorrupción que busca cambiar de fondo el modelo de gestión de los recursos públicos que permitirá pasar de la opacidad a la transparencia.

Habrá que tener cuidado, sin embargo, en no utilizar la lucha anticorrupción en las tareas electorales hoy que estamos en las puertas de la madre de todas las batallas por la gubernatura (esto, obvio, no lo dijo el gobernador).

Ahí está pues la relatoría de hechos en donde de nuestra parte no hay arrío de banderas en la observancia cotidiana del quehacer público para transitar a la cascada de elogios, tan solo devolver la cortesía con cortesía.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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