Armando Ortiz / La crisis que está viviendo el Instituto Veracruzano de Cultura no es la primera ni será, por supuesto, la última. En el gobierno de Miguel Alemán se buscó también adelgazar la burocracia. En el Instituto Veracruzano de la Cultura, una institución relativamente nueva, no se tomó a la ligera la decisión de despedir al personal, antes bien se buscaron alternativas menos traumáticas y una de ellas fue reducir el sueldo al personal de confianza. Los descuentos fueron del 10% al 15%, y con esta solución se evitó que muchos trabajadores terminaran en la calle sin empleo. Sin embargo, en esta ocasión, sin buscar otra alternativa, se tomó la decisión de rescindir la relación laboral de muchos trabajadores de la cultura con el gobierno que los contrata. Las razones no parecen ser razones sino excusas. En un formato que se entrega a los trabajadores que se piensa despedir, la institución, representados por la jefa de Recursos Humanos, María del Rocío López Guzmán y por la apoderada legal del IVEC, Irene Gabriela Abad señalan que se despide a los trabajadores por incurrir en la causa prevista en la Ley Federal del Trabajo en el artículo 46 y en el artículo 47 fracciones V y VI y X. ¿Qué dicen esas fracciones? ¡No se lo va a usted a creer!
¿Pues qué hicieron los trabajadores del IVEC? ¿Quemaron algún edificio, destrozaron obras de arte, sabotearon las computadoras, incendiaron las bodegas?
Para Enrique Márquez, el imberbe director del IVEC, para su jefa de Recursos Humanos, María del Rocío López Guzmán y para su apoderada legal, Irene Gabriela Abad, lo que sucedió en el IVEC no tiene parangón. Es decir, si tomáramos en cuenta las razones por las que se está despidiendo a tanto trabajador del IVEC, algunos con más de 20 años de laborar en esa institución, tendríamos que creer que en el IVEC sucedió una revolución, un motín, una insurrección. Los que despiden apelan al artículo 46 y al 47 en sus fracciones V y VI y X de la Ley Federal del Trabajo en donde se dice a la letra: “Son causas de rescisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el patrón: (V) Ocasionar el trabajador, intencionalmente, perjuicios materiales durante el desempeño de las labores o con motivo de ellas, en los edificios, obras, maquinaria, instrumentos, materias primas y demás objetos relacionados con el trabajo; (VI) Ocasionar el trabajador los perjuicios de que habla la fracción anterior siempre que sean graves, sin dolo, pero con negligencia tal, que ella sea la causa única del perjuicio; (X) Tener el trabajador más de tres faltas de asistencia en un período de treinta días, sin permiso del patrón o sin causa justificada”. ¿Pues qué hicieron los trabajadores del IVEC? ¿Quemaron algún edificio, destrozaron obras de arte, sabotearon las computadoras, incendiaron las bodegas? Si eso fue lo que pasó, que los echen a la calle, pero si no, ¿de qué se trata entonces?
Manuel Huerta quiere ser el caballerango de Karime
Muy preocupado anda el dirigente de Morena en Veracruz, el expetista Manuel Huerta Ladrón de Guevara con esto de los caballos de Karime y con la investigación que se seguirá a todos los cómplices de Duarte. Durante un tiempo este dirigente nos hizo caso cuando le recomendamos que guardara un poco de silencio y se dejara de andar con esa diarrea verbal que lo caracteriza. Ahora sale Huerta Ladrón de Guevara a decir que de nada sirve recuperar los caballos de Karime Macías, que lo que él quiere es cash, es decir efectivo. Cabe recordar que Manuel Huerta es uno de los señalados de haber recibido millones de pesos para la campaña de 2016, quizá por eso prefiera el efectivo. Ya el gobernador se refirió a él en una entrevista de radio al decirle que, si mucho le preocupan los caballos de Karime, pues “que se vaya a dormir ahí al Hípico de Coatepec, a cuidarlos, no sea que alguien se los vaya a robar”. De lo que debería andar preocupado Huerta no es de los caballos de Karime, sino de la “instrucción de investigar el desvío de mil 500 millones de pesos de recursos públicos para las campañas políticas en el año 2016”. Si Morena recibió parte de ese dinero, pues ya nos tendremos que enterar.
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