Promulga el gobernador Yunes reforma para definir la base del Sistema Estatal contra la Corrupción

Corrupción
El gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares FOTO: CGCS
- en Carrusel, Comunicados

Xalapa, Ver. (Mensaje íntegro) Muy distinguida Diputada María Elisa Manterola Sainz, Presidenta del Congreso del Estado; Magistrado Edel Alvarez Peña, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado; Doctora Sara Ladrón de Guevara, Rectora de la Universidad Veracruzana; Contador Antonio Portilla, titular del Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado; Muy distinguidos líderes empresariales; Compañeras y compañeros de los medios de comunicación

Señoras y señores

Hoy he promulgado la reforma a nuestra Constitución que define las bases del Sistema Estatal contra la Corrupción.

También firmé un paquete de iniciativas de nuevas leyes, y de reformas y adiciones a algunas ya vigentes que darán sustento reglamentario a dicho sistema.

Es un cambio total en el modelo de gestión de los recursos públicos, que nos permitirá pasar de la opacidad a la transparencia, del desorden a la planeación, de la corrupción al manejo honesto de los recursos.

Se trata de institucionalizar el combate a la corrupción, de darle forma y cuerpo legal a las acciones que se llevan a cabo para que Veracruz deje de ser el lugar donde floreció la corrupción y pase a ser la entidad más limpia del país.

Nos mueve la convicción personal de que los recursos públicos deben ser sagrados, pero también nos mueve el dar respuesta a una demanda social más que justificada, a una exigencia de honestidad, transparencia y austeridad en el uso de los recursos del pueblo de Veracruz.

A los veracruzanos nos queda claro que la corrupción lastimó profundamente a Veracruz y no queremos que la historia se repita.

Para evitarlo se tienen que institucionalizar las medidas, los procedimientos, la supervisión, el sistema de balance y equilibrio entre poderes, de tal forma que el combate a la corrupción no sea una decisión personal del gobernante, sino un mandato constitucional, y que sean instituciones y leyes las que garanticen el manejo honesto transparente y austero de los recursos públicos.

Hoy todavía hay quienes exigen que deje de hablarse de corrupción y quieren frenar la acción de la justicia señalando que perseguir a los corruptos es una “cacería de brujas” para “tender cortinas de humo”, por ello es momento oportuno para recordar lo que vivimos en nuestro Estado y decir con toda la fuerza NUNCA MAS, nunca más volverá a suceder.

Quienes claman por el regreso de la corrupción, la opacidad y el desorden vivirán hoy un mal día, porque hemos promulgado la reforma constitucional que los frenará, y también porque les recordaremos desde esta tribuna aquello que añoran, lo que solaparon, les recordaremos como operaba el régimen del cual formaron parte.

Por más de una década Veracruz fue saqueado sin piedad.

Miles, decenas de miles de millones de pesos fueron a la bolsa de un grupo reducido de personas que se enriquecieron brutalmente al amparo del poder.

En ese mismo lapso millones de veracruzanos pasaron a engrosar las filas de la pobreza; más de un millón 200 mil sólo en los últimos cuatro años del anterior gobierno.

Corrupción-pobreza es causa y efecto y eso ha se ha acreditado científicamente en Veracruz.

Al destruir el sistema de salud, minar el sistema educativo, acabar con los programas sociales, el gobierno provocó directamente el crecimiento de la pobreza.

También se aceleró la pobreza al frenarse la creación de empleos como consecuencia de la ruptura del orden jurídico y la falta de probidad de los gobernantes, que hicieron de cada trámite una fuente de ingresos.

La inversión privada se alejó de Veracruz.

La inversión pública desapareció, porque los recursos de los veracruzanos habían ido a parar a cuentas y bienes en el extranjero y en nuestro país.

La delincuencia creció exponencialmente al amparo y con la complicidad de quienes desde las instituciones debían garantizar seguridad a los veracruzanos.

La corrupción minó y lastimó profundamente nuestra vida institucional.

Desapareció la división de poderes y el sistema de equilibrio y contrapeso entre los mismos.

El Congreso se convirtió en un mercado de votos, donde igual se pagaba por votar una reforma, que por aprobar sin observaciones, las cuentas públicas que no reportaban los montos del botín.

Igual sucedió con el Poder Judicial, cuya autonomía fue una y otra vez vulnerada.

La autonomía municipal sucumbió frente al saqueo.

Miles de millones de pesos propiedad de los ayuntamientos, de los municipios y de sus habitantes, fueron desviados a la bolsa de los integrantes de la banda.

Nuestra Universidad Veracruzana sufrió los mismos embates, y hubo de salir la comunidad universitaria a la calle a exigir se remediara el daño, hoy todavía en proceso de resarcimiento.

El sistema de pensiones y jubilaciones enfrenta aún las consecuencias de estos largos años de exacción sin medida.

Empresarios de buena fe siguen hoy reclamando sus pagos.

Se pagó a empresas-fantasma, no a los veracruzanos que apostaron su patrimonio para servir al Estado.

La vida democrática de Veracruz y las instituciones que la sostienen vivieron también las consecuencias de un régimen corrupto hasta la médula al que –para conservarse en el poder- no lo importó utilizar el dinero de las medicinas o de los alimentos de los más pobres para tratar de comprar los votos que les dieran permanencia en el ejercicio del poder y en el saqueo.

Miles de millones de pesos fueron desviados para controlar el sistema electoral, financiar ilegalmente a partidos y candidatos y tratar de comprar voluntades.

Lograron así retrasar por 12 años la alternancia, pero la alternancia llegó y con la alternancia se pudo ventilar lo que querían mantener oculto, y con la alternancia se pudo proceder contra los hasta entonces intocables, y con la alternancia tenemos la fuerza legal y moral para proceder contra los que aún disfrutan de fueros y privilegios y responder así a la demanda social de no impunidad.

Sin alternancia no hubiera habido sanción; el solapamiento, la impunidad y la complicidad habrían continuado y los que hoy habitan en cárceles estarían en Londres, o en Houston, o montando sus caballos pura sangre en sus ranchos de Valle de Bravo o de Coatepec.

Enfrentar a los beneficiarios de la corrupción no ha sido tarea fácil.

No hay cambio”, dicen quienes antes participaban cotidianamente en el festín de la corrupción.

Antes estábamos mejor”, afirman sin pudor los defensores del viejo régimen.

Se les encuentra en todas partes. El mal se extendió como humedad.

Romper esquemas de complicidad profunda con grupos y sectores de la sociedad ha sido altamente complicado.

Hacerlo en una situación financiera que hace imposible responder plenamente a las demandas sociales es aún más difícil.

Pero los veracruzanos saben de dónde venimos, saben la situación que heredamos y valoran los esfuerzos que todos los veracruzanos de bien llevamos a cabo para resolver esta crisis.

Ver al pasado para no repetirlo, ver al presente para transformarlo y delinear un futuro distinto y mejor y luchar para construirlo debe ser nuestra divisa.

Señoras y señoras, hoy es un buen día para Veracruz.

Iniciamos la construcción del andamiaje legal que pondrá freno para siempre a la corrupción y a la opacidad en el manejo de los recursos públicos.

Si sólo esto lográramos en este período de gobierno me sentiría satisfecho, pero lograremos mucho, mucho más.

El cambio avanza, la alternancia abrió el camino, invito a todos los sectores de la sociedad a transitar por ese nuevo camino y a pensar en un Veracruz distinto, limpio, potente, promisorio, justo, sobre todo justo, un Veracruz que estoy seguro podremos construir juntos las veracruzanas y veracruzanos de buena fe, que somos la gran mayoría.

Muchas gracias.

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