Karime Macías, tan cerca y tan lejos de Pacho

Karime
Xalapa, Ver. Karime Macias Tubilla FOTO: PATTY BARRADAS/FOTOVER
- en Avenida Principal, Carrusel

En el Reclusorio Norte, solo y desesperado, confiando en que aún puede poner en jaque al presidente Peña, Javier Duarte ve pasar lentamente el tiempo. Y es que en la cárcel las horas son más largas, los minutos se hacen eternos, y es fácil perder la esperanza. Pero Javier Duarte sabe que no le queda de otra, tiene que hacer creer al presidente que, en cualquier momento que abra la boca, no sólo salpicará la honorabilidad del PRI, sino la poca credibilidad del propio Gobierno Federal, y especialmente de la presidencia.

El fortalecimiento de la denuncia del Miguel Ángel Yunes Linares el pasado 6 de agosto, cuando se apersonó en la PGR para presentar pruebas sobre la red de cómplices de Javier Duarte en la que se encontraba la esposa del exgobernador, al igual que otros ocho miembros de esa familia, tiene muy preocupado al regordete exgobernador.

Duarte sabe que las cuentas bancarias de su esposa están congeladas, sabe perfectamente que su progenitora y sus cuñadas tienen en la frente la marca de Caín; todos los asocian con el dinero mal habido. Sabe que, si cae Mansur, la madre de sus hijos estaría a un pelo de ser inquilina de Pacho.

Y es que los veracruzanos tenemos muy pocas razones para alegrarnos, por tal motivo, después de ver a Duarte esposado y de rodillas en una camioneta de la policía guatemalteca, la siguiente imagen que alegraría nuestra vida y nos daría esperanza para poder confiar un poco en las autoridades encargadas de procurar justicia en este país, sería la detención de la mujer que creyó que podría tener abundancia, desde luego mal habida.

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