Le leyeron la cartilla a Graco y de pasadita a Chong

Graco
En una visita que hiciera el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong a Morelos, unos jóvenes volvieron a increpar al gobernador de esa entidad por retener los apoyos que llevan la sociedad civil para los damnificados de los sismos de este mes de septiembre FOTO:WEB

Ya el viernes, jóvenes en el municipio de Tetela del Volcán increparon a Graco Ramírez y le dijeron que se pusiera sus botitas y se pusiera a trabajar. La cara de molestia de parte del perredista no se hizo esperar, por lo que prefirió retirarse del lugar. Y es que no era para menos, el gobernador hacía acto de presencia tres días después del desastre. Pues ahora nuevamente se le volvió a aparecer el chamuco ha Graco.

Resulta que durante una gira de trabajo que el mandatario perredista realizaba junto con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en Zacatepec, uno de los municipios más afectados por el terremoto magnitud 7.1, un grupo de jóvenes comenzaron a gritar: «¡Que repartan, que repartan, que repartan!» y «¡Ratas, ratas, ratas!», y es que ha molestado mucho entre los pobladores el conocer que la esposa del gobernador, Elena Cepeda, quien preside el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), se esté apropiando de los víveres que la sociedad civil ha donado para las familias damnificadas del sismo ocurrido el pasado martes.

Los inconformes, en su mayoría jóvenes voluntarios que ayudan a las familias damnificadas, afirmaron que se han percatado cómo hasta la cabecera municipal de Zacatepec, en específico al estadio Agustín Coruco Díaz, han llegado varios tráileres y camiones con miles de productos de primera necesidad, donados por ciudadanos de otras entidades.

Lo curioso del caso es que horas después estos productos salen del estadio, empaquetados con logos oficiales, entre ellos del DIF estatal. En otras palabras, estos sátrapas quieren quedar bien con la población con sombrero ajeno. De veras que esta pareja no se mide, está mal que sean cochinos, pero no tan trompudos.

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