Y es que, a pesar de que nos den todas las explicaciones científicas, que si estamos dentro del circulo de fuego del pacifico, que si las placas tectónicas se mueven, que si la actividad volcánica, a nadie le gusta vivir en la incertidumbre de poder perder la vida en un terremoto.
En Japón, donde la actividad sísmica es enorme y donde en un sólo día, se pueden dar hasta cuatro sismos, los niños van a la escuela con cascos, las construcciones son antisísmicas y las autoridades cuentan con los mejores sistemas de protección civil. En nuestro país es necesario y urgente replantear las normas de construcción de las escuelas, hospitales y viviendas. Debemos comenzar a acostumbrarnos a vivir con la actividad geológica y tomar más en serio los simulacros, no hay de otra.