Según un reporte médico del Reclusorio Norte, del 17 de agosto al 22 de agosto Javier Duarte sólo había bajado cinco kilos de peso, y eso que lleva la dieta Winnie Poo: miel, jugo de limón y agua. Duarte empezó su huelga pesando 118.5 kilos y para el 22 de agosto pesaba 113.9 kilos.
Para poder llegar al peso ideal, Javier Duarte tendría que hacer huelga de hambre otros 40 días o en todo caso cambiar de nutriólogo. Se sospecha que Duarte, corrupto como es, ya le está pasando una corta al vigilante para que, cuando nadie se dé cuenta le pase unas tres órdenes de tacos de suadero, tripa y lengua, eso sí con mucha salsa y un jarrito de piña, para que amarre. Eso explicaría porque sólo ha bajado cinco kilos.