El audio que se dio a conocer en estos días, en el que aparentemente el gobernador Javier Duarte llama a su tesorero Tarek Abdalá para preguntarle por los mil millones que le pidieron del PRI, sólo confirmaría la colusión que existió y existe entre el presidente Peña Nieto y su gobernador favorito Javier Duarte de Ochoa. Aparte de las maletas con 25 millones de pesos que se entregaban periódicamente, esos mil millones de pesos fueron el pago anticipado de impunidad no sólo para Javier Duarte, sino para los diputados federales que participaron en el saqueo a Veracruz y que ahora gozan de fuero en el Congreso Federal.
Tenía razón Javier Duarte cuando decía que el único amigo que tenía Peña Nieto en Veracruz era él; aunque en realidad no había tal amistad sino complicidad. Ahora entendemos por qué tardaron tanto tiempo en ponerlo en su lugar, porque dejaron salir a Karime a Inglaterra, porque tanta opacidad en su extradición a México.
El temor que nos queda y por lo que debemos estar alerta, es la posibilidad de que Peña Nieto pueda dejar en libertad a Javier Duarte o que le impongan una pena de risa que el señor hasta pueda pagarla con el dinero que se robó. ¡Eso no debemos permitirlo!
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