¿Cultura democrática? ¿Es enserio?

Voto
Elecciones FOTO: WEB
- en Opinión

Tomás R. Domínguez Sánchez /

El futuro no está escrito, porque sólo el pueblo puede escribirlo.

Adolfo Suárez González duque de Suárez

Ex Presidente de España; Político y Abogado español.

El derecho a votar y ser votado se encuentra establecido en el artículo 35 fracciones I y II, de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que es nuestra máxima norma, es donde se señala justamente que son derechos del ciudadano: I. Votar en las elecciones populares; II. Poder ser votado para todos los cargos de elección popular, teniendo las calidades que establezca la ley. El derecho de solicitar el registro de candidatos ante la autoridad electoral corresponde a los partidos políticos así como a los ciudadanos que soliciten su registro de manera independiente y cumplan con los requisitos, condiciones y términos que determine la legislación, además, es aquí donde nace la figura del candidato independiente; y es en este artículo en donde se encuentra la base de nuestra cultura democrática, de aquí nacen todas las leyes complementarias que regulan los procesos electorales y permite que se cambien los poderes ejecutivo y legislativo; asimismo, en el artículo 23.1.b de la Convención Americana de Derechos Humanos -la Convención es un instrumento internacional celebrado en San José, Costa Rica  7 al 22 de noviembre de 1969, del que México es Parte- titulado como Derechos Políticos, dice que  1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores, es decir, también contamos con un ordenamiento internacional que nos otorga el derecho a votar y de ser elegidos.

México es uno de los pocos países que garantiza un régimen democrático -al menos así lo establece nuestra Carta Magna y las leyes que emanan de ella- y el sistema que nos gobierna tiene su base en elecciones periódicas y populares que permiten renovar a las autoridades de los tres órdenes de gobierno, al Presidente municipal, al Gobernador del Estado y al Presidente de la República, además podemos cambiar a nuestros representantes del Poder Legislativo, los diputados locales y los federales; pero, ¿Por qué nunca hemos ejercido este derecho?¿Por qué en cada elección son menos personas las que votan?¿Por qué en estos tiempos hay tantos votos nulos? La respuesta a estas interrogantes es muy simple, en nuestro país no existe una cultura democrática, no tenemos políticas públicas ni programas que fomenten la participación democrática en las elecciones y sobre todo que estén enfocados a formar ciudadanos que ejerzan su voto.

Las elecciones de este pasado 4 junio nos mostraron, entre otras cosas, a una sociedad despreocupada, desinteresada y apática en el tema de la democracia, basta con echarle un ojo a los comicios en el Estado de México en donde la lista nominal es de 11,313,282 votantes, de los cuales solo salieron a ejercer su derecho a sufragar el 52.49%, lo que se traduce en 5,798,557 de ciudadanos del Estado de México que salieron a votar, sin embargo, a los números que proporciona el PREP 2017 del Instituto Electoral del Estado de México, debemos restarle el 3.03% de votos nulos, algo así como 176,168 votos que no fueron contabilizados como válidos para aquella elección; así que de esos más de once millones de ciudadanos que integran el padrón electoral en el Estado de México, basta con que voten 1,955,347 para que un candidato sea Gobernador del Estado.

Y de Veracruz mejor ni hablamos, porque el nivel de votación estuvo, como siempre, por debajo de lo esperado, estamos en un retroceso sin freno, sin que se pueda detener, en cada elección hay mucho menos participación y menos personas salen a votar, no sería mejor demostrar el hartazgo -que muchos dicen tener, pero que en realidad hacen muy poco- votando en las urnas, expresando a través de éste derecho lo que queremos, mientras sigamos así, despreocupados, desinteresados y apáticos, jamás vamos a poder escribir nuestro futuro.

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