El problema no es que alguien probara alguna droga en cierto momento de su vida, el problema es no haber podido salir de ahí y mantenerse con estupefacientes constantemente para lograr conciliarse consigo mismo. Pero para asegurarse de que los candidatos no tuvieran problemas con su consumo de drogas, se convocó a los candidatos a que de manera voluntaria fueran a hacerse el antidoping en un laboratorio privado.
De los 10 candidatos sólo cinco acudieron: Carlos Luna, Hipólito Rodríguez, el joven Archer, Alejandro Montano y Nicanor Moreira; los otros no fueron. Debemos aducir que no fueron porque tienen algo que ocultar o porque no quisieron seguirle el jueguito a quienes armaron esta “trampa”. El caso es que ya lo dice el dicho, «el que nada debe, nada teme».