El otro que peca de inocente es Andrés Manuel López Obrador. ¿En verdad cree que todos los arrepentidos que van a su partido piensan comportarse como dechados de rectitud? Muchos salieron del lodo y lo único que llegan a hacer es enlodar. Abrir la puerta a los corruptos, creyendo que con sólo decir que son de Morena dejarán de ser corruptos no es una utopía, es una necedad.
Después de estos dos videos, manipulados por cierto, ya es tiempo de que AMLO entienda que su honestidad no es como la gripa, no se contagia. Lo peor de todo esto es que vamos a volver a escuchar los rebuznos de Enrique Ochoa, Ricardo Anaya, Josefina “la falsa” Vázquez Mota y demás actores políticos que se meten al chiquero para celebrar, sin darse cuenta que sólo se baten en el lodo de su cretinismo.
Por otro lado, lo mejor que puede hacer López Obrador es calmarse, tomarse un té de tila y dejarse de necedades, de bravatas.
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