Karime Macías, de su patética «merezco abundancia» pasó a «merezco ser libre y gastar lo aquél se robó»

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Karime Macías Tubilla y Javier Duarte de Ochoa FOTO: WEB

Si alguien se ha ganado a pulso el repudio generalizado de la mayoría de los veracruzanos, esa es Karime Macías, la esposa de Javier Duarte. Y es que todavía están muy frescas las palabras de la propia Karime anotadas en una libreta encontrada en una bodega, donde se autoconvencía de que merecía abundancia. Están de muestra de los caprichos y banalidades de la exprimera dama las instalaciones abandonadas por la carretera a Briones, donde la esposa de Duarte practicaba equitación con caballos que costaban un ojo de la cara.

Por eso sorprende mucho que a pesar de Karime Macías conocía el modus operandi de las empresas fantasma y que se sospecha de que ella era el cerebro que maquinó el descalabro financiero, la señora ande fresca como una lechuga, ya que ni ella y sus familiares cuentan con una orden de aprehensión en su contra, pese a que ellos estaban enterados de la red de corrupción que el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, realizaba.

Lo anterior lo dio a conocer el día de ayer el subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, Arturo Elías Beltrán, en una entrevista con Loret de Mola. Elías Beltrán informó que hasta el momento no hay evidencia que compruebe que la cónyuge de Duarte de Ochoa tenga en su posesión recursos federales relacionados al desfalco que su esposo realizó cuando estaba en la administración de Veracruz.

Lo cierto es que Karime Macías se encargó de que toda la evidencia y responsabilidad cayera en su regordete esposo y cómplices. Vaya que salió lista Karime Macías, de su patética «merezco abundancia» pasó a «merezco ser libre, y gastar lo aquél se robó».

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