No extraña que en el PRD estatal digan una cosa y en el PRD nacional digan otra; no extraña que una madrugada Ana Miriam sea su candidata para Xalapa, una mañana lo sea David Velasco y al día siguiente otra vez lo sea Ana Miriam. No extraña porque en el centro del país los perredistas andan a la greña, tratando de quitarle el liderazgo de la bancada perredista en el Senado.
Finalmente le dieron esa posición a Dolores Padierna, para lo que tuvo que regresar a su curul Alejandra Barrales. Pero poco le duró el gusto a la Padierna, porque de los 20 senadores perredistas ya nada más le quedaron 8, es decir 11 senadores perredistas formaron su propio grupo independiente alrededor de Miguel Barbosa, mientras que el otro senador, Armando Ríos Piter sólo se separa.
¿Cómo un partido en pugna tiene tiempo para decidir los asuntos que conciernen al estado? Sólo ellos lo saben. Finalmente, esos 12 diputados que repudian a Dolores Padierna como líder de la bancada terminarán dando un sí a López Obrador.
Comentarios