Tal vez usted no recuerde, pero durante el gobierno de Felipe Calderón, el fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano fue el encargado de los festejos del Bicentenario en 2010; cuatro años estuvo en ese encargo Cárdenas, a pesar de que todo indicaba que Felipe Calderón había llegado a la presidencia gracias a un fraude monumental. Cárdenas Solórzano quiso después regresar al redil de la izquierda, pero los que fueran sus seguidores nunca le perdonaron el acto de traición.
En 2014, cuando Cárdenas participó en una manifestación en apoyo a los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, quienes tienen memoria le reprocharon su traición y lo corrieron de la manifestación. Agredieron a Cárdenas en un acto de desquite por su incongruencia y su traición.
En estos días el ingeniero Cárdenas ha manifestado que no pretende obstaculizar las aspiraciones de Andrés Manuel López Obrador por llegar a la presidencia, hasta lo califica como un hombre honrado. En reciente declaración dijo: «Que digan en qué sentido puedo estar yo obstaculizando, yo nunca he hecho nada en contra de los esfuerzos de Andrés Manuel o de Morena, yo respeto, hemos sido amigos». ¡Más le vale! No vaya a ser que en otra manifestación se le vuelva a aparecer el diablo.
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