De no haber reestructuración, el estado de Veracruz colapsaría inevitablemente y entonces la culpa no será de Yunes Linares ni de los veracruzanos que siguen trabajando por sacar adelante su propia causa. La responsabilidad sería de los diputados que siguen poniendo condiciones egoístas, que buscan llevar agua a su molino, que quieren sacar provecho en una negociación que urge.
Los veracruzanos no nos merecemos tanta incertidumbre. Ya suficiente hemos tenido en estos 12 años, ya suficiente tenemos con la violencia que en las últimas semanas ha recrudecido, ya suficiente tenemos con la frustración de no ver a Javier Duarte en la cárcel.