Algunos lectores deben recordar la época barbuda de Javier Duarte y el pelo abundante de Karime Macías de Duarte. Por esas fechas, investigando un poco, nos comentaron que la pareja que gobernaba Veracruz estaba haciendo visitas seguidas a cierto lugar cerca de Coatepec donde les estaban brindando asesoramiento “espiritual”.
Según estos asesores, Javier Duarte se debería dejar crecer la barba para que las buenas vibras le llegaran plenamente. La barba, dicen los esotéricos, «es el puente que une la mente y el corazón, los pensamientos y las acciones, teoría y práctica, las buenas intenciones y los buenos hechos».
En el caso de la cabellera abundante se dice que es una fuente valiosa de energía; para muchos tener el pelo corto es limitarse, es negarse a la abundancia.
Poco le duró el gusto de la barba a Javier Duarte, quien tuvo que regresar a su rostro lampiño por las comparaciones que hicieran de su persona con El Botija, personaje de Chespirito interpretado por Édgar Vivar, El señor Barriga. Pero Karime no cesó de tener un pelo abundante, porque ella si creía en esas cábalas, en esos mantras.
Ah cabrón, de plano así de pendejos e ignorantes eran Javier Duarte y su esposa, que creían en cosas esotéricas?.