Violencia desatada en Veracruz es por venganza: Hipólito

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Xalapa, Ver. El arzobispo Hipólito Reyes Larios FOTO: PATTY BARRADAAS/FOTOVER
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Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. La ola de violencia desatada en Veracruz está relacionada con cuestiones de «venganza», consideró el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios.

Lo anterior, se refleja en la aparición de cuerpos y demás violencia. Esta mañana fueron hallados los cuerpos sin vida de cinco personas del sexo masculino, con el tiro de gracia, a un costado de la carretera federal La Tinaja-Cosoleacaque.

En Xalapa, también este domingo, fue localizado el cuerpo de una joven mujer, que estaba dentro de bolsas de plástico, sobre la calle Marina Mexicana de la colonia Portón Colorado.

El prelado mencionó que la venganza forma parte de la violencia que se ha vivido en todos los tiempos.

Durante la homilía de la misa celebrada en la Catedral de Xalapa, Reyes Larios expresó que el problema podría disminuir si existe el «perdón».

«Hay competencia, hay venganza y si alguno traiciona lo paga con la vida. Esa es la naturaleza humana, por eso necesitamos que Dios nos dé fortaleza y decirle como la selección mexicana, si se puede. No como los tiburones rojos que les ha ido mal».

El Sacerdote relacionó el modus operandi de sicarios, que asesinan a sus empleados traidores, con los golpes registrado la noche del viernes en el estadio Luis “Pirata” Fuente, en Boca del Río, al finalizar el partido entre Tigres y Tiburones Rojos.

El Arzobispo de Xalapa citó un caso importante sobre «el perdón» para la Iglesia Católica y recordó el asesinato del padre Ángel Dario Acosta en la iglesia de La Asunción, actualmente conocida como la Catedral de Veracruz, en la calle Independencia.

«Rafael Guízar y Valencia se presentó en el Palacio de Gobierno, le dijo al coronel Tejeda, que era el gobernador, le dijo: usted quiere matar a mis sacerdotes, si me anda buscando aquí estoy, saque su pistola y máteme. Deje de perseguir a mis sacerdotes. La reacción del coronel fue decir que odia a los sacerdotes, pero respetaba a los valientes y le tendió la mano. San Rafael le dijo que ojalá cambiara de vida y que esperaba verlo en el cielo», contó.

También destacó que otro ejemplo de «perdón» se dio cuando su padre, quien fue sindicalista, recibió un impacto de bala en la espalda y posteriormente contrató como guarura a su agresor.

«Lo hicieron a él (su padre) secretario general del sindicato, aquel que le había disparado salió de la cárcel y fue a pedirle que lo restaurara en su lugar de trabajo. Lo hizo, lo perdonó, le devolvió su trabajo y aquél señor se hizo guarura de mi papá. Para que vean que cuando si se quiere, se perdona a los enemigos, pero necesitamos la gracia de Dios, por nuestras propias fuerzas no podemos», remató.

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