Si bien es cierto que algunos padres no mandan a sus hijos a la escuela porque ello les significaría perder una fuerza laboral, también es cierto que hay familias que no tienen opción, pues la pobreza y la ignorancia es tanta que piensan que la escuela es un lujo que no pueden dar a los hijos. Esas personas deberían recibir ayuda, antes que ser sancionadas. Recibir ayuda sobre todo para sacarlos de la ignorancia, y después para que los hijos entren a algún programa institucional que les permita recibir educación a pesar de sus desventajas y adversidades.
Hay que desterrar en las familias pobres la idea de que los hijos en edad escolar son empelados de los padres. Si no existen programas para ayudar y orientar a estas familias, tampoco debería haber sanciones para los padres que no manden a los hijos a la escuela. Existe una iniciativa del partido Morena en el Congreso de Veracruz para reformar el artículo 170 de la Ley de Educación para el Estado, adicionando el artículo 249 del Código Penal para el Estado y con ello sancionar con multas de hasta 200 salarios mínimos a los padres que no envíen a sus hijos a la escuela.
Habría que preguntarle a Morena, quien ha estado muy cerca de los problemas magisteriales, qué multa se aplicará al gobierno por no brindar las condiciones favorables para que los niños se eduquen en este país.
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