Contundente, con mayor apertura y flexibilidad, categórico en sus declaraciones y a paso firme se ve al nuevo Andrés Manuel López Obrador. El haber incorporado a Esteban Moctezuma a su proyecto de nación se ve como una señal inteligente de querer una buena relación con los medios de comunicación. Se recordará que el exsecretario de Gobernación durante la administración de Ernesto Zedillo, también fue presidente de Fundación Azteca.
Además, la integración de Alfonso Romo a su equipo de trabajo habla de un candidato que no quiere pelea con los medios; durante algún tiempo Alfonso Romo pertenecía al Consejo de Televisa, empresa en la que era muy respetado; se le consideraba en el mundo como un líder en la generación de biotecnología, y con justicia era considerado jefe del que fue el poderosísimo secretario de hacienda durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, Pedro Aspe.
Hoy AMLO reconoce el poder de los medios, se acabó el líder obcecado y terco que decía que «la estrategia soy yo», «al diablo las instituciones», «ya cállate chachalaca». En la actualidad, se presenta ante los medios y frente a miles de seguidores como una alternativa madura y clara; por eso en Los Pinos están preocupados, el avance del tabasqueño es notorio. Tenga la seguridad de que el clan Salinas-Cevallos, junto al añejo poder del Grupo Atlacomulco están afinado la estrategia para impedir la llegada de esos personajes que no nacen en maceta.
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