Pero “Ana” se quedó como la Penélope de la canción de Serrat, «con su bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón y su vestido de domingo», porque Fidel Herrera no llegó. Sin embargo “Ana” no se enojó con Fidel que la dejó como novia de rancho, antes bien le mandó bendiciones hasta Barcelona.
Con quien sí se enojó fue con el editor de Libertad bajo Palabra, a quien ya le leyó la cartilla; en defensa de nuestro editor habría que decir que éste sólo quiso exponer la descortesía y el agravio del que ella había sido objeto. Porque si Fidel hubiera sido otro le hubiera mandado avisar que no llegaba. Desde este portal le mandamos un afectuoso saludo y si en algo la ofendimos le pedimos sinceras disculpas.