El panorama educativo del estado de Veracruz luce desolador después de la jauja y agandalle de las tres últimas administraciones gubernamentales en contubernio con los sindicatos magisteriales, especialmente el SNTE. La soberbia imperialista de Miguel Alemán, la gula desmedida de Herrera Beltrán para ocultar sus orígenes humildes como Michel Jackson ocultaba su negrura y la rapacidad de Duarte para ocultar su mediocridad y complejos, hicieron de Veracruz un caldo de cultivo para la corrupción.
El reto de Enrique Pérez Rodríguez, actual secretario de Educación, y de sus colaboradores es muy grande. El índice de alfabetización no crece en las zonas rurales; el equipamiento de escuelas es pírrico, la falta de maestros es una necesidad apremiante y lo peor, no hay recursos a la mano para solucionar estos problemas.
No olvidemos que la educación históricamente ha sido el eje rector del progreso de los gobiernos, la escuela y el maestro se ha encargado de formar a las personas para su convivencia con los demás y para que constituyan pilares importantes en el mantenimiento y preservación de lo que es considerado como bueno y valioso. Eso fue precisamente lo que olvidó la triada maldita que nos gobernó durante 18 años. El reto es grande, pero alguien debe de empezar a componer y limpiar este desastre.
Comentarios