Crónica tricolor de una muerte anunciada

La derrota se ve venir, los malos manejos en las finanzas públicas por parte de una clase gobernante frívola e insensible ha abierto más la brecha entre sus gobernantes y los gobernados. En este contexto, el PRI no tiene ninguna posibilidad electoral de victoria en las próximas elecciones; si en estos momentos fueran las elecciones, el PRI perdería la gubernatura de Coahuila, Nayarit y el Estado de México, además, los comicios de diputados locales y concejales a los ayuntamientos.

En Veracruz, la elección en 212 municipios sería una verdadera pesadilla para el tricolor. Además, si añadimos los casos de corrupción de la familia presidencial y un paquete de reformas que sólo han favorecido a una clase política que no tiene llenadera, dejarán al PRI sin ninguna posibilidad de victoria.

Lo peor de todo es que los mismos priistas se sienten engañados, algunos ya buscan refugio en otros entes políticos. La falta de liderazgo y oficio de presidente del Comité Ejecutivo del tricolor es evidente. Por ejemplo, imagínese usted cómo se podrá presentar un candidato que su presidente dijo que no habría aumentos en los combustibles y fue todo lo contario. Ni hablar, vientos de la derrota se dejan sentir.