Los mexicanos que han salido a saquear los centros comerciales y las tiendas de autoservicio se excusan con el argumento de que tienen hambre, de que no tienen que llevar de comer a sus hijos, pero lo que saquean no son alimentos, no es carne ni frijoles ni pan, lo que saquean son aparatos electrónicos.
Tampoco es indignación la que manifiestan estas personas con sus robos, no es hartazgo ni coraje, lo que manifiestan es su avidez, su codicia, su egoísmo. Los vándalos son como una horda que se encontraba escondida y que sólo esperaban que Peña Nieto les diera un pretexto para salir.
El problema ahora es que en cada estado la solución la tendrán que poner los gobernadores y ante semejante vandalismo sólo les quedará aplicar la ley, porque se está viendo que esta gente no entiende razones.
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