En Veracruz el #SeguroPopular fue un fraude, porque los servicios que ofrecía este plan de seguridad nunca se dieron ni a cabalidad, ni en lo más mínimo. Cualquier persona que acudía a algún servicio médico amparado por el Seguro Popular tenía que llevar su propia agua destilada para que le aplicaran una inyección que por cierto también tenía que llevar. Los doctores de los diferentes hospitales del estado tenían que hacer milagros y aguantar a los pacientes que les culpaban por las abundantes carencias que se daban en cada centro de salud.
No había medicinas, y en el peor de los casos la medicina que daban eran puros placebos que ni curaban el dolor, ni la enfermedad, como fue en el caso de los niños con cáncer (¡ahí les hablan Beceiro!). Sin embargo, regularmente se hacían las campañas de afiliación, que es lo que más importaba al gobierno de Javier Duarte, que todos los veracruzanos se afiliaran, pero no para que gozaran de los servicios de salud que ofrecía el Seguro Popular, sino porque entre más personas afiliadas tenía, más grande era el monto de recursos que le llegaban.
Por eso tenían a tanto brigadista, a tanta gente trabajando en las diferentes zonas del estado de Veracruz, porque les interesaba cosechar afiliaciones para que los recursos fueran cada vez más cuantiosos y así tener más dinero para robar; literalmente robar. Esos brigadistas son los trabajadores que en los últimos días se han estado manifestando; los mismos a los que se les ha notificado que su contrato queda rescindido.
Pero también es justo decir que a estos trabajadores les han dicho que se les ofrece una contratación individual, sin embargo, ellos buscan se respete el contrato colectivo que negociaran con la administración de Javier Duarte, pero no entienden que Javier Duarte sólo los utilizó para llevar a cabo su fraude.
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